sábado, 28 de enero de 2012

Picadita De Viruelas


Compuesta por Quintero, león y Quiroga para el espectáculo Puente de Coplas, que Concha Piquer estrenaría en 1957, nos cuenta la historia de una mocita afeada por las señales que la viruela dejaron en su cara. Sintiéndose fea y acomplejada, se pasa los días escondida tras la celosía de su ventana viendo pasar la vida, enamorando y enamorándose de hombres que la rechazan cuando ven su rostro. Así de triste vive Dolorcita hasta que un día un buen mozo se acerca a ella y se enamora sin importarle sus picaduras de viruela.



Picadita De Viruelas



Se llamaba Dolorcita
y era talmente una flor
pero nadie a la mocita
le dijo cosas de amor.
Sevilla madrugadora
la ve en encierro coser
desde el filo de la aurora
al morado atardecer.
Y a través del encaje
de los visillos
esta copla la llega
como un cuchillo.


Picadita, picadita,
picadita de viruelas
con la cara morenita
del color de la pajuela.
Nadie le dice bonita,
nadie de amor la camela,
como un lirio se marchita
sentadita en su cancela.
Y el aquel de su penita
por Sevilla corre y vuela:
no se casa esta mocita
porque tiene la carita
picadita de viruelas.


Oculta en la celosía
Dolores lo vio llegar
le dijo: sentrañas mía
quisiera contigo hablar.
Y hablaron hasta de amores
más siempre al anochecer
pensando siempre Dolores
¡Ay, Dios mío! si me ve.
Y una noche que hablando
salió la luna
se cayeron las torres
de su fortuna.


Picadita, picadita,
picadita de viruelas,
que dolor de Dolorcitas,
si un amor no la consuela.
Uno la dijo: ¡bonita!
por él la niña se cuela
y al verla señaladita
no ha vuelto por la plazuela.
Y el aquel de su penita
por Sevilla corre y vuela:
no se casa esta mocita
porque tiene la carita
picadita de viruelas.


Un hombre pasó una tarde
cantando coplas de amor,
la niña cerró cobarde
los vidrios del mirador.
Y el mozo que la cantara
volvió otra vez a pasar:
los hoyitos de esa cara
yo los tengo que besar.
Y a través del encaje
de los visillos
derechito a la niña
fue el estribillo.


Picadita, picadita,
picadita de viruelas,
con la cara más bonita
que la flor de la canela.
No le vuelvas la carita,
mi bien, a quien te camela
y escucha dos palabritas
sentadita en tu cancela.
Y verás que a la miguita
por Sevilla corre y vuela
que se casa una mocita
aunque tiene la carita
picadita de viruelas.


Se ha casado Dolorcita
y al año, ¡vaya canela!
nació la flor más bonita
de toda la callejuela.
Y Sevilla a la miguita
puso fin a la novela:
Ha nacido una rosita
de una madre picadita,
picadita de viruelas.

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